Guapo, que así lo llamaba yo, fue realmente mi héroe, desde calentar mis manos, hasta arduas conversaciones de la vida y del funcionamiento del sistema, sistema que estoy conociendo. Recuerdo que me decía: “hija, ser papá es una gran responsabilidad” y vaya que lo fue para él; por esto me decía "ahorra y  estudia", pues mi única herencia es tu estudio; ahora, más allá de bienes me deja un legado de pasión por lo que se hace. El Doctor Orjuela como lo llaman algunos, era el hombre más apasionado por lo que hacía… trabajador y esforzado, así lo llamaban por ayudar a la gente con sus procesos... igualmente, fue  mi historiador favorito, pues en los pocos semestres que alcanzó acompañarme en mi carrera profesional ya sabía, por ejemplo, en qué año había llegado la radio a Colombia.

Fue realmente el significado de la palabra PAPÁ deber y acción. Recuerdo cuando me enseñó a jugar ajedrez y me dejaba ganar, tener mis fotos en su billetera, y en la oficina fue mi mayor privilegio ver que parte de su cultura era dar a otros… fue su lema  “ayuda a otros asi no puedas; por lo menos lo intentaste”; darle significado a la familia y a los amigos con los cuales compartí en alguna etapa de la vida, eso sí es algo de lo que jamás olvidaré, como tampoco cuando me recostaba en su pecho antes de dormir y escuchaba el palpitar de su corazón… cuando me despertaba para ir al colegio diciéndome que como papá era su deber cuidarme y disciplinarme, llevarme a conocer el mundo tomados de la mano e incluso caminar a la orilla del mar para no tenerle miedo a nada.

En este tiempo de no estar con él y tener que aplicar lo aprendido de viajar sola, ver un mapa y disfrutar el panorama, en esta  separación temporal, es que trato de entender y aprender a vivir solo con un recuerdo que no quiero olvidar.

Pienso que seguramente la está pasando muy bien, pero su nueva casa no me gusta, entonces prefiero no recorrerla… lo dejo ir, mirando lo que queda adelante.