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EL PADRE GABRIEL GIRALDO S.J.

 

En el libro El Padre Gabriel Giraldo, S.J. – La fuerza del carácter, publicado por Plaza & Janés en 1987, el abogado javeriano Alberto Dangond Uribe reproduce las conversaciones que sostuvo con su maestro y Decano. El siguiente es un aparte editado del texto que aparece en el capítulo III del libro y tema que recoge de nuevo, con el mismo título, hacia el final de la obra..

 

Alberto Dangond. Bueno ¿Cuál ha sido el secreto de las calidades que el padre Giraldo ha puesto en ejercicio para permanecer durante 40 años ya, en la Decanatura de Disciplina, en una universidad en donde van sucediéndose las generaciones, van pasando los tiempos, cambian las mentalidades, las modas, los usos y el medio de la juventud que es naturalmente rebelde e indisciplinado?  El padre Giraldo permanece como una roca, no sólo cumpliendo su deber sino ganando constantes y permanentes adhesiones espontáneas de todos sus discípulos. Eso, ¿cómo es posible?

 

Padre Giraldo. Hay dos cosas. El alumno soporta todo menos la injusticia. Y yo soy exigente pero no soy injusto. O sea que las medidas que yo tomo las ven ellos con cariño porque es un favor, por su bien y sin cometer ninguna injusticia. Si uno comete una injusticia se rebela integra la juventud. A Dios gracias no cometo injusticias. Y segundo, desde mis primeros días yo tengo un Decanato de puertas abiertas. En la calle 10 lo comencé y el padre Félix me dijo: “Hombre usted no soporta ese tren de vida, recibiendo a los alumnos desde las 7 a.m. Ponga una hora fija para atenderlos”. Si el alumno necesita hablar con uno, tiene que tenderlo en el instante preciso en que lo requiera. Si uno le da cita para un día después o unas horas más tarde, ya el alumno no tiene espontaneidad y no dice lo que tenía para contar. El alumno sabe que entra en mi Decanato con gran confianza. Entonces ese contacto permanente entre el alumno y el Decano me ayuda. Además yo siempre doy clases en 1o., 2o., 3o., 4o., 5o., mi hora semanal que antes se llamaba Cultura Religiosa.  Yo la llamo Moral Profesional desde primer año a 5º. En 5º, hago mucho hincapié en la ética de la profesión. Los demás son todos principios morales necesarios al abogado. Ellos ven que uno se interesa por ellos, y siempre le corresponden. Eso yo creo que es, no el secreto, sino la causa. Ese es mi temperamento, ¿ves? Y a mi no me cuesta nada el entregarme por completo al servicio de los demás, como nos decía Cristo: “Yo vine no a que me sirvieran, sino a servir” (pp. 104-105).

 

(…) Con los muchachos yo soy serio. No puedo negarlo. No sé contar chistes. Soy muy soso. Pero no me dejo manosear. ¡Ay de mí el día en que me dejara manosear! Yo evito dos cosas: Primero el manoseo. Y segundo, loa política. Para mí no hay favoritismos. Lo mismo me da el conservador, que el liberal, que el comunista, el católico que el ateo. Para todos tiene que haber apostolado que los conduzca al buen camino. (…) De manera que yo, en síntesis: procuro no hacer polkítica, no dejarme manosear y no cometer injusticias (p. 248).

 

(Hoy en la Javeriana No. 1221, enero de 2007, “Centenario del natalicio del P. Gabriel Giraldo, S.J.”)

 

Actualizado: 13 de septiembre de 2008

 

Reseña

Archivo creado: 13 de septiembre de 2008

 

En el primer trimestre de 1988 el P. Gabriel Giraldo, S.J. presentó renuncia al cargo de Decano del Medio Universitario de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas. Concluía así un período de cuarenta años que se inició el 10 de febrero de 1948, día en que el Consejo de la Facultad le dio la bienvenida al nuevo Decano de Disciplina. Precisamente en septiembre de 1987, poco antes de su retiro, el XI Congreso de Abogados Javerianos se había reunido en Medellín y Marinilla, población natal del Padre Giraldo, para rendir de esa forma homenaje al octogenario jesuita que celebraba también sus Bodas de Oro sacerdotales, el hombre que en palabras del entonces Decano Académico, Roberto Suárez Franco, “había observado una inmaculada trayectoria a través de su existencia, había sido un sacerdote en Cristo de personalidad ejemplar, y frente a los destinos de nuestra Facultad se había convertido en  el conductor y maestro por excelencia de las promociones de abogados Javerianos”.

 

Nacido en Marinilla, Antioquia, el 24 de enero de 1907, ingresó a la Compañía de Jesús en 1923. Hizo la Licenciatura en Historia Eclesiástica en la Universidad Gregoriana, Roma. Fue ordenado sacerdote el 24 de junio de 1937. Profesor de Historia Eclesiástica y Patrología en el Colegio Máximo y Prefecto del Colegio de San Bartolomé de la Merced, se vinculó a la Universidad Javeriana en 1948. Profesor de Ética Profesional y Cultura Religiosa, fue durante cuatro décadas Decano del Medio Universitario de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas. Coordinador general del Congreso Javeriano realizado en 1950,  De 1968 a 1971 ocupó el cargo de Vicerrector de la Universidad. Fundador y Director de la revista Universitas, recibió el título de Doctor Honoris Causa en Derecho en 1972. Falleció en Bogotá el 1º. de marzo de 1993, a los 86 años de edad y 69 de Compañía.

 

 

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