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El padre Giraldo habría cumplido en este mes 110 años, pues nació en Marinilla, Antioquia, el 24 de enero de 1907. Como un homenaje a su memoria y por iniciativa de Ernesto Samper que me remitió a este sitio (www.oscardominguezgiraldo.com), publicamos en este blog de la promoción una entrevista excelente que le concedió hace ya varios años a Oscar Dominguez Giraldo, reconocido columnista, exdirector de Colprensa, corresponsal de Radio Francia Internacional y de la Voz de Alemania

 

Nacidos el 24 de enero: el padre Gabriel Giraldo S.J.

Por: Oscar Dominguez Giraldo

posted by oscar, 24th January 2017, Categories: EntrevistasHome 

TOMADO DEL BLOG PAPELES TAN SOLO PAPELES

www.oscardominguezgiraldo.com

24 DE ENERO: ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL PADRE GABRIEL GIRALDO S.J.

Ahora que estamos de mucho papa jesuita conviene evocar la memoria de uno de los más famosos que ha tenido Colombia. Se trata del fallecido padre Gabriel Giraldo, eterno decano de derecho de la muy pontifica Universidad Javeriana. Lo entrevisté en su despacho hace varios presidentes de la república del Sagrado Corazón.

La oficina del padre Gabriel Giraldo, discípulo mimado de San Ignacio de Loyola, era de puertas abiertas como invitando al traseúnte a ingresar en su sancta sanctorum. En un cajón entreabierto de su escritorio pude ver uno de los pocos pecados que se regaló en vida:  el cigarrillo, encarnado en una cajetilla de Marlboro.

El día que lo visité, sus pupilos le celebraban los 80 de nacimiento – nació en Marinilla, Antioquia, el Vaticano del conservatismo,  un 1º  de marzo -, 50 de sacerdocio y los 40 de decanato. En la celebración, los 1.687 abogados que habían pasado por sus manos desde el 5 de abril de 1948 cuando asumió como decano, echaron todas las jaculatorias por la ventana del Salón Rojo del Hotel Tequendama. Le gastaron hasta arzobispo de Bogotá, Mario Revollo, a quien el padre Giraldo le había acolitado en Roma su primera misa.

“El testimonio del padre Giraldo- dijo esa noche “Nos” Revollo- es un legado abierto a ustedes, señores profesionales javerianos. Es fundamentalmente testimonio de fidelidad a Cristo, a la Iglesia, a sus alumnos”.

Por las manos del padre Giraldo, profesor de ética y ciencias religiosas, clases que conservó hasta el final de sus 86 años de vida y 69 como miembro de la Cía de Jesús,  pasaron varias decenas de abogados javerianos de esos que en tiempos de presidentes egresados de sus claustros se tenían que esconder para que no los nombraran.

A su época se remonta la pugna de siempre entre las universidades Javeriana y los Andes por tomarse el poder desde ministerios y otros cargos de decisión.

Hombre ocupado a morir, amigo personal del verbo trabajar, no permite introitos largos. Tan pronto me autoriza a entrar a su oficina, me ordena sentarme y arrancar.

Como marinillos no se ven todos los días, la charla empieza por su terruño en el oriente paisa:

 

EL UNICO LIBERAL DE MARINILLA

  • Padre Giraldo, usted como que nació en el sitio que era, o sea, en Marinilla, Antioquia, el Vaticano del conservatismo…

  • Sí, señor, nací el 24 de enero de 1907. Y si quieres te añado: en un hogar humilde y pobre pero de una arraigada y profunda fe.

  • ¿Y para qué le ha servido la humildad?

  • Para mucho, porque me siento siervo de los siervos. Y mi vida es trabajar para los demás, lo que conlleva cierto grado de humildad cuando uno se entrega a ese servicio con generosidad y constancia.

  • Volvamos a Marinilla. ¿Su terruño se merece el título de Vaticano del conservatismo?

  • En un tiempo, sí. Cuando yo era niño no había más que un liberal, joyero: Don Felipe Álvarez, de color moreno. Él iba y depositaba su voto por el partido liberal ante el respeto unánime de todos y con gran aplauso después de votar.  Ya hoy día han entrado un poco los otros partidos. Hay conservadores, liberales y creo que en la última elección hubo algo por la UP

  • ¿Parece que hubo una época en que era pecado ser liberal?

  • El liberalismo nunca ha sido pecado. En Marinilla somos muy tolerantes.

  • Pero de pronto en épocas pasadas desde algunos púlpitos se alimentaba cierta aversión contra el enemigo liberal…

  • Desde algunos púlpitos sí, y eso, a Dios gracias, ha desaparecido por completo. Porque la misión del padre, del sacerdote, desde el púlpito, es enseñar la palabra divina que no condena sino que quiere que el pecador – si es que hay pecadores que lo quieran hacer- se convierta y viva.

 

VIVA EL CELIBATO

 

  • Usted menciona las expresiones “padre” y “párroco”. También existe la de cura. ¿Cuál prefiere de las tres?

  • Yo prefiero la de sacerdote. Mejor todavía, la de padre. Porque la verdad, somos padres de almas. Uno renuncia al matrimonio para no tener hijos carnales pero tiene miles y miles de hijos espirituales a quienes engendra – como decía Pablo- en Cristo.

  • ¿No es incómodo el celibato?

  • No, nunca, jamás, porque uno sabe voluntariamente a qué se compromete, y si libremente quiso elegir el matrimonio también libremente pudo renunciar a él.

  • ¿Por qué se hizo sacerdote?

  • Porque Dios me quiso llamar al sacerdocio. Esa es una vocación. Dios llama al que quiere y le da la gracia suficiente para que siga adelante con ese llamamiento que de Él ha recibido.

  • ¿Qué significa ser jesuita?

  • Así era Jesús, igual a Jesús.

  • ¿Las enseñanzas de Jesús siguen teniendo vigencia?

  • La deben tener y por eso hay hoy en día tanta corrupción y tanta maldad, porque a medida que nos alejamos de Cristo nos alejamos asimismo de sus enseñanzas.

LOS ABOGADOS, UN LUJO

 

  • ¿Qué paralelo haría usted entre un abogado y un sacerdote?

  • Ambos somos sacerdotes. Ulpiano, jurisconsulto romano de hace dieciocho siglos, llamó a los abogados “sacerdotes de la justicia”. Y mire la explicación que le doy: no hay religión sin sacrificio y éste es la esencia de toda religión y ese sacerdote es su único oferente. Asimismo, no hay sociedad ni estado sin la justicia, y son los abogados como sacerdotes de la justicia que ofrecen en el altar de la patria este sacrificio administrando rectamente la justicia.

  • En el mandato de Belisario Betancur se decía un poco guasonamente que el mundo podría vivir sin poetas. ¿El mundo podría vivir sin abogados y sin sacerdotes?

  • No, sin sacerdotes jamás porque entonces no habría religión. Sin abogados sí, ¿por qué no? Los abogados no son esenciales en la sociedad. Son un lujo de la sociedad.

 

UN DEFECTO POR AÑO

 

  • ¿Usted podría decir que conoce al ser humano?

  • Procuro conocerlo. Aunque es sumamente difícil llegar al conocimiento profundo de todos aquellos que lo rodean a uno. Procuro conocerlos con sus virtudes y defectos para cultivarles sus virtudes y procurar que poco a poco se corrijan los defectos. Sin olvidar la máxima de Kempis: si corrigiésemos un defecto por año muy pronto seríamos perfectos.

  • ¿Con su venia, no tendría que llegar uno a una edad como la suya para ser perfecto?

  • Pues es que yo creo que no son tan graves y tantos los defectos. Si uno se corrige siquiera uno al año, creo que en diez o doce años sería un santo barón.

  • ¿Se conoce más al hombre cuando se habla con él o cuando se le oye en confesión?

  • Se le conoce en toda charla íntima. La confesión para quien cree en ella, tiene la inmensa ventaja del sigilo sacramental que nadie en este mundo ha violado jamás. En la confesión, para quien tiene fe, se desahoga. Para quien no tiene esa fe y quiere ver en el sacerdote no al confesor sino al consejero, es un medio especialísimo de ayudarlo. Por eso un profesor me decía a mí que el mejor siquiatra era el sacerdote. Por su experiencia y sobre todo por su consejo desinteresado.

 

SOLO PECADOS VENIALES

 

  • ¿El hombre se parece a sus pecados? O sea ¿quien está en el confesionario es el mismo hombre con el que usted habla en la calle?

  • Dejáte yo te doy una explicación. Para mí cuando un penitente llega a la confesión, es un acto de gran humildad porque es un hombre que se postra ante otro hombre, pero un hombre-Dios porque según el apóstol Pablo, los sacerdotes estamos constituidos para ser intermediarios entre Dios y los hombres. Y para ser intermediarios  hay que tener un poquito de divino –el sacerdocio- y un mucho de humano: el sacerdote es hombre.

  • ¿Pero usted también tiene sus pecados capitales? ¿Cuáles serían?

  • ¿Mi pecado capital? No sabría decirle cuál es. Uno comete tantos, tantos pecados en el día que Cristo le dijo a San Pedro – cuando éste le dijo: Bueno, y cuántas veces debo perdonar a mi hermano, siete veces siete? Es una cantidad infinita- le dijo (Cristo): No, cuantas veces haya pecado. Como uno es sacerdote también tiene que buscar  ante otro sacerdote la absolución de sus pecados, así sean mortales o veniales. En el ciento por ciento de los casos, a Dios gracias, son veniales.

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